Estudio de BofA afirma que ropa de segunda mano surge como la solución sostenible frente al fast fashion
El reporte reveló que frente a la dificultad de saber si una marca es realmente verde, y el mayor costo y baja disponibilidad de vestuario sostenible, la ropa usada se alza como una opción asequible y de menor impacto.
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Según la ONU, la industria de la moda aporta el 10% de las emisiones globales y una quinta parte de los residuos plásticos anuales.
Ese es el punto de partida del reporte "¿Quién lo usó mejor? #ModaSostenible" del Bank of America (BofA), para analizar las diferencias entre el fast fashion (moda rápida) y la moda sostenible, en aspectos como el compromiso con el medio ambiente, materiales, costos, disponibilidad en comercio minorista y posicionamiento en el tema, donde el uso de ropa de segunda mano surge como una de las opciones más asequibles y amigables con el medio ambiente.
Entre las principales conclusiones, se determinó que no fue fácil determinar si una marca -sostenible o no- se preocupa del medio ambiente; que algunas empresas de fast fashion ponen información confusa en las etiquetas; y que la ropa sostenible es más costosa y está menos disponible en el retail. Frente a este escenario, los consumidores empiezan a mirar el mercado de segunda mano como la opción más sostenible.
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Para realizar el estudio, el equipo de ESG (Medio Ambiente, Social y Gobernanza) de BofA, adquirió y analizó prendas de dos grandes almacenes en Nueva York, tanto sostenible como no, de marcas como Zara, H&M, Gap, Old Navy, Uniqlo, Patagonia, Eileen Fisher, Rothy's y All Birds. También revisó las menciones en términos de sostenibilidad de estas empresas en Instagram y cruzaron información de revistas de moda, con la app Good on You que califica a las marcas según su impacto y aporte.
La investigación reveló, por ejemplo, que encontraron una marca de ropa que tenía etiquetas colgantes que estaban impresas en papel reciclado y llevaban un mensaje sobre tener un impacto positivo en el medio ambiente. Pero, al hacer un análisis más exhaustivo de la información, notaron que solo aplicaba a la etiqueta colgante y no a la prenda.
Un caso similar se dio con marcas de bolsos que se presentaban como sostenibles, pero solo el forro del producto estaba hecho de material reciclado.
Por esas razones, el banco afirmó que los consumidores rara vez o nunca compran ropa realmente sostenible, ya que confían en los sitios web de las empresas y las etiquetas de los productos al identificar qué marcas se preocupan del medio ambiente.
Moda sostenible
El informe también consignó, que la moda sostenible suele ser más cara que el fast fashion, principalmente por un mayor costo de las materias primas utilizadas. Por ejemplo, el algodón orgánico es más caro porque el uso limitado de pesticidas reduce los rendimientos y aumenta el riesgo de malas cosechas.
La obtención de certificaciones verdes también puede aumentar los costos de las materias primas, ya que requieren inspecciones más rigurosas, al igual que los costos asociados con la priorización de factores sociales, como pagar salarios justos a los trabajadores y mantener condiciones de trabajo seguras y éticas.
En ese contexto, solo la generación millennials, y de ingresos más altos, estaría dispuestas a pagar un 20% a 30% más por productos de marcas sostenibles.
Con esos antecedentes, el reporte señaló que la ropa usada ha comenzado a jugar un papel cada vez mayor, ya que muchos consumidores la consideran más asequible, de calidad superior y la opción más sostenible, y espera que este mercado crezca nueves veces más rápido que el sector de la ropa en general en los próximos años.
Incluso, el crecimiento del tráfico web a las plataformas de reventa de moda superó al mercado de moda tradicional y de indumentaria en 11 puntos porcentuales interanuales a mayo de este año.
Publicaciones en Instagram
El reporte también analizó publicaciones de moda en Instagram que mencionan a distintas firmas, donde marcas de fast fashion como Shein, H&M y Zara resaltan como las que cuentan con menos menciones en temas de sostenibilidad. La discusión sobre esta temática en la red social la lideran las mujeres entre 30 a 44 años y de altos ingresos.
Las marcas que recibieron un mayor porcentaje de menciones en esta materia -Eileen Fisher, Rothy's y All Birds- mostraron menor tráfico web en comparación con marcas de fast fashion, lo que sugiere que los consumidores priorizan el precio por sobre la durabilidad o los productos ecológicos.
Además, de acuerdo a información de Google que recopiló el equipo del BofA, el interés en la ropa sostenible creció en el continente europeo, mientras que en Estados Unidos, la cantidad de publicaciones relacionadas con la sustentabilidad ha disminuido.